Llevar una vida sedentaria y no hacer ejercicio físico nos llevan gradualmente a adoptar una postura incorrecta, que puede hacerse crónica.
Ésta puede afectarnos a nuestra belleza física, la capacidad respiratoria y el funcionamiento del intestino; puede provocar dolor de cuello, mandíbulas y, por supuesto de espalda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario