Los cambios en el metabolismo óseo durante el embarazo pueden dar lugar a la osteoporosis.


La osteoporosis debe prevenirse, con especial énfasis, en la etapa del embarazo. Durante el embarazo, especialmente en el tercer trimestre, disminuye la masa ósea porque en esta etapa la transferencia de calcio de la madre al feto es grande. Esto puede dar lugar a la osteoporosis.
Los embarazos de las adolescentes tienen aún más riesgo de esta pérdida de masa ósea porque estas mujeres todavía no han terminado la fase de adquisición ósea.
El síntoma que la embarazada suele experimentar es el dolor de espalda, sobre todo a nivel de la columna dorso-lumbar que puede ser de poca o fuerte intensidad, impidiendo todo tipo de actividad física.
Sin embargo, al ser muy común el dolor de espalda durante la gestación, es muy habitual que los médicos no lo diagnostiquen. El dolor suele desaparecer tras el parto o al finalizar la lactancia pero la pérdida de densidad ósea no se recuperará nunca y será necesario seguir un tratamiento.
Posiblemente, el médico recomendará a la embarazada que suspenda la lactancia y tome suplementos de calcio y vitamina D.

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