Ponga en tensión las cejas frunciéndolas todo lo intensamente que pueda, al mismo tiempo que cierra con fuerza los ojos. Mantenga esa posición de tensión durante cinco segundos y después relájese. Sienta el alivio de dejarse llevar y siga suavizando la caída de las cejas. Durante el medio minuto siguiente, concéntrese únicamente en estos músculos.
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