Aprender a respirar profundamente, de modo que los pulmones se
expandan al llenarse de aire, presionen el diafragma hacia abajo y
expandan el abdomen, ayuda a incorporar una mayor cantidad de oxígeno.
La respiración profunda no sólo favorece la eliminación de toxinas al ayudar a oxigenar los pulmones y la sangre, también reduce la carga de
trabajo del corazón. Pero a las personas que quieren perder grasa no sólo les interesa eso; además, ayuda a los órganos del cuerpo a realizar mejor sus
funciones, por ejemplo, a los órganos digestivos, como el
estómago, los cuales reciben mayor cantidad de oxígeno y, por lo tanto, su
funcionamiento se hace más eficaz.
Con lo cual, si se tiene exceso de peso, el suministro extra de
oxígeno ayuda a quemar las grasas.
Esta es una de esas entradas fáciles de leer y que aportan mucho. Ahora mismo me pongo a respirar! Besos. Por cierto estoy de sorteo en mi blog, quizá te apetezca participar.
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