La forma perfecta de terminar una sesión de Pilates

Si quieres acabar tu entrenamiento, ya sea una sesión intensa de Pilates o de cualquier otra actividad física, de una forma diez, no hay mejor manera de relajar los músculos trabajados y nutrirte de la energía necesaria para seguir el día que tomar una ducha de contraste. No hace falta que poseas una ducha de alta tecnología tipo Spa.
Primero, flexiona tu cuello hacia abajo y deja que el chorro de agua caliente caiga sobre tus cervicales, intenta que el agua salga con fuerza. Luego, despacio, enrrólla tu columna lentamente hacia abajo, relajando los brazos, dejando que el agua caliente caiga por toda la parte dorsal. Cuando el chorro de agua caiga sobre la zona lumbar, quédate quieto durante unos segundos. Luego, ve desenrrolando tu espalda despacio hasta colocarla derecha en su posición inicial. El agua caliente aliviará los dolores de espalda y relajará toda la musculatura.
Después, cambia y abre el grifo de agua fría ( tampoco debe estar helada). Deja que caiga sobre tus piernas, de abajo hacia arriba. Sigue este orden: pies, tobillos, pantorrillas y muslos. Este agua te aliviará la tensión en las piernas y mejorará la circulación, evitando la aparición de varices y mejorando tu metabolismo para que tu energía  te permita continuar con tus actividades.

Por último, tras la ducha, aplícate, con la yema de los dedos, aceite de almendras sobre la piel mojada. Realizando pequeños círculos, desde los pies hasta arriba, apretando los dedos, sobre todo por las piernas. Este masaje también mejorará la sensación de piernas cansadas y evitará la aparición de celulitis.


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