Ejercicio de relajación después de un día duro de trabajo

Si sueles padecer de estrés, y la tensión acumulada durante toda la jornada hace que tus músculos, sobre todo los de tu espalda y cuello, se resientan , duelan y estén tensos, acostúmbrate a practicar el siguiente ejercicio al llegar a casa, después de la ducha.

Túmbate en la cama sobre tu espalda y cierra los ojos. Conduce tu mente hacia los músculos del cuello y siente cómo se aflojan, se sueltan, se ponen blandos y relajados. Te dices mentalmente: " Mi cuello se está relajando, aflojando, soltando".

Siente seguidamente cómo todos los músculos de tu espalda, brazos y hombros se van poniendo cada vez más flojos y sueltos. Te dices mentalmente: "Los músculos de mi espalda, brazos y hombros se sueltan, se relajan cada vez más y más".

Siente como todo tu cuerpo se va relajando poco a poco. Trata de sentirte muy a gusto mientras te dices mentalmente: "Me siento bien, me siento relajado".

Siente la respiración. Respira lentamente. Imagina que la respiración es como una ola que viene y va y te relaja y te tranquiliza. Siente el movimiento del vientre al inhalar y al exhalar, cómo sube y cómo baja.

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