La importancia de la estabilidad de las escapulas para prevenir el dolor

Muchas personas sufren tensión en el cuello y los hombros que derivan en problemas posturales y dolores de cabeza. Esto se debe en gran medida a un uso excesivo de los músculos del cuello y la parte superior de la espalda ( parte superior del trapecio) y al mal uso de los estabilizadores de la zona central de la espalda ( entre ellos, el serrato anterior, los romboides, los dorsales anchos y la parte inferior/media del trapecio). Con uso adecuado de estos músculos gracias al entrenamiento Pilates, se puede reducir mucho la tensión del cuello y de los hombros.
En el Método Pilates, además de no perder la contracción abdominal al iniciar cada ejercicio, se debe colocar adecuadamente nuestras escápulas (u omóplatos) de tal modo que permanezcan estables.
La estabilización de esta zona se logra cuando las escápulas se sitúan planas con respecto a la caja torácica sin ningún tipo de tensión. Éstas se dirigen ligeramente hacia atrás con una suave depresión y orientadas hacia el exterior, como si quisiéramos simular una ¨V¨ en nuestra espalda. Intentando crear el máximo espacio posible entre las escápulas y nuestras orejas.
Esta estabilización será necesaria mantenerla durante toda la sesión de Pilates.

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