El Síndrome de Fatiga Crónica y el ejercicio físico


El Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) es una afección compleja y debilitante caracterizada por una fatiga intensa que no remite, de forma significativa, tras el descanso en cama y que puede empeorarse con actividad física o mental.

Criterios para identificar el síndrome de fatiga crónica.
1. Se debe tener el SFC durante más de 6 meses, una vez que otras condiciones médicas conocidas hayan sido excluidas por el diagnóstico clínico.
2. Se deben presentar simultáneamente cuatro o más de los siguientes síntomas: deterioro sustancial de la memoria a corto plazo o concentración, dolor de garganta, nódulos linfáticos, dolor muscular, artralgia múltiple sin hinchazón o enrojecimiento, dolores de cabeza de un nuevo tipo, patrón o severidad, sueño no reparador y malestar post-esfuerzo que dura más de 24 horas.

El ejercicio físico aumenta los niveles de energía y favorece la sensación de bienestar. Sin embargo, para una cantidad reducida de personas, el síndrome de fatiga crónica es tan debilitante que el único ejercicio físico que pueden hacer es unos cuantos estiramientos de brazos o levantar objetos poco pesados. Varios estudios han confirmado que el "el ejercicio progresivo” (que significa empezar con actividades que requieren poco esfuerzo e ir aumentando gradualmente el nivel de intensidad) ayuda mucho en el síndrome de fatiga crónica. La mayoría de la gente con síndrome de fatiga crónica no está en forma, de modo que volver a hacer ejercicio de forma gradual les ayuda.

Utilizar técnicas de control del estrés sirven para controlar determinados aspectos de la enfermedad.

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