No existe ningún tratamiento que cure la artrosis ni medicamentos que la frenen. Sí existen estupendos fármacos que alivian el dolor, incluso haciéndolo desaparecer. Lo que pasará al cabo de unos años no se puede predecir. Aún en los peores casos, la cervicoartrosis avanza muy despacio, lo que da tiempo al paciente a conocer bien su enfermedad así como las medidas terapéuticas a seguir.
Un programa adecuado puede contribuir a disminuir los síntomas, mejorando el movimiento y la función del cuello. Este programa, además del uso de medicamentos, ha de incluir una serie de
consejos posturales y la realización de ejercicios de fortalecimiento de la musculatura cervical.
Evitar movimientos o posturas forzadas de la columna cervical (sobre todo, en el trabajo: delante de un ordenador o de una máquina de escribir no se debe mantener el cuello flexionado durante largo tiempo, no se deben cargar pesos encima de la cabeza...).
Cuando se instaura la
cervicalgia aguda, es recomendable el
reposo del cuello, en ocasiones empleando un
collarín cervical blando durante unos pocos días para evitar la atrofia de los músculos. En este momento puede ser beneficiosa la aplicación de
calor local en forma de manta eléctrica, bolsa o chorro de agua caliente.
El tratamiento farmacológico del dolor se inicia con
analgésicos. Si persistiesen el dolor y la rigidez cervical, habría que intentar el uso de
medicamentos antiinflamatorios. En el caso de una cervicalgia aguda, sólo si existe una contractura muscular, será de utilidad el empleo de relajantes musculares. Sólo en raras ocasiones, cuando existe una artrosis severa con alguna complicación neurológica (por ejemplo: compresión de una raíz nerviosa), será preciso el uso de otros fármacos, según indicación de su reumatólogo.
Son muy recomendables ejercicios específicos de fortalecimiento de la musculatura del cuello, en el momento en que se consigue el alivio del dolor.
Son recomendables los movimientos de cuello lentos y de amplitud máxima. Pero deben evitarse en la fase inicial de la cervicalgia aguda.
En una minoría de los casos (probablemente menos de un 1 %) es necesario recurrir a la cirugía.