• Apoye la espalda contra la pared con las rodillas dobladas y juntas, flexionadas al máximo.
• Coloque los brazos a los costados del cuerpo, con las palmas de las manos hacia arriba.
• Respire muy lento, relajándose especialmente durante la inhalación.
• Progresivamente, separe las rodillas bien hacia afuera hasta unir los pies, planta contra planta, conservando el eje central del cuerpo.
• Estire la nuca, metiendo la barbilla y apoyando la parte posterior del cráneo y toda la espalda contra la pared.
• Baje los hombros aplanando los omóplatos sobre la pared. Coloque las manos debajo de los muslos.
• Extienda las piernas hacia adelante. A medida que lo hace, tire hacia atrás las puntas de los pies, manteniendo unidos los talones.
• Conserve los brazos relajados a los costados del cuerpo, con las palmas hacia arriba.
• Mantenga las plantas en posición vertical y los bordes internos de los tobillos tocándose entre sí.
• Alargue la nuca y meta un poco el mentón, girando el rostro hacia un lado y hacia otro. Luego, incline la cabeza lateralmente hacia la izquierda y hacia la derecha, haciendo trabajar el cuello.
• Repita el ejercicio varias veces en cada dirección. Vuelva a la posición inicial, con la cabeza derecha y las piernas flexionadas.
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