La cura termal produce reacciones
químicas, biológicas y sedantes en nuestro cuerpo, pero la composición de minerales que posean las aguas termales determinará el uso de cada una de ellas:
- Las sulfuradas son muy beneficiosas para la piel, el aparato respiratorio y locomotor.
- Las ferruginosas, ricas en hierro, favorecen la regeneración de la sangre, mejoran los casos de anemia y actúan positivamente sobre las enfermedades de la piel, además de colaborar con los regímenes adelgazantes.
- Las sulfatadas tienen efecto laxante y diurético.
- Las radiactivas, tienen efecto analgésico para combatir el estrés, la ansiedad y las depresiones.
- Las bicarbinatadas son recomendables para problemas del aparato digestivo.
- Las sódicas son estimulantes.
- Las carbónicas estimulan el apetito y favorecen el buen funcionamiento del aparato circulatorio.
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