Los pacientes aprenden cómo controlar voluntariamente su frecuencia cardíaca, la tensión muscular, la respiración, la temperatura corporal y otras funciones del cuerpo para alcanzar mayores niveles de relajación.
En una sesión de este tratamiento, la persona se sienta y se le conecta unos sensores. Los impulsos eléctricos se registran y se reflejan en un ordenador. El objetivo es conseguir en la persona un control voluntario de sus propios estados fisiológicos.
El paciente aprenderá distintas técnicas de autorelajación y la duración de la terapia dependerá del tipo y la gravedad de los síntomas a tratar.
En una sesión de este tratamiento, la persona se sienta y se le conecta unos sensores. Los impulsos eléctricos se registran y se reflejan en un ordenador. El objetivo es conseguir en la persona un control voluntario de sus propios estados fisiológicos.
El paciente aprenderá distintas técnicas de autorelajación y la duración de la terapia dependerá del tipo y la gravedad de los síntomas a tratar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario