El bruxismo casi siempre se asocia a la actividad parafuncional caracterizada por el rechinar de los dientes mientras se duerme. Pero también puede producirse de día. En este caso, se produce en situaciones de tensión psíquica o de estrés.
Esta patología no solo afecta a las articulaciones maxilares, sino que sobrecarga y daña también a los músculos de masticación y a los dientes. Además, puede provocar dolor de cara y dolor de cabeza.
Para evitar que se produzca el bruxismo de día, la persona debe aprender a manejar el estrés. Para ello, son recomendables técnicas de relajación y el ejercicio como el yoga o el método Pilates, así como la la meditación.
También, el tratamiento con calor y los masajes contribuyen a relajar la musculatura de la zona.