Muchas de nuestras dolencias pueden tener su origen en los colchones. Hasta hace poco, los profesionales de la medicina recomendaban los colchones duros para las dolencias de espalda. Sin embargo, recientes estudios desvelan que, al contrario de lo que se pensaba, los colchones intermedios son mejores para las personas con molestias lumbares.
Un colchón muy duro no se amolda al cuerpo que se extiende sobre él, mientras que uno de firmeza intermedia se adapta a la curvatura de la columna y, por tanto, el cuerpo se apoya mejor.
Por otra parte, si el colchón es demasiado blando corre el riesgo de torcerse la espalda; en tal caso, colocar madera entre la base de la cama y el colchón para tener un buen apoyo de la columna.
Nuestro cuerpo no debe adaptarse al colchón, por el contrario, es el colchón el que debe adaptarse a nuestro cuerpo. En este sentido, los colchones de viscoelástica son muy recomendables, ya que su tecnología permite que la presión de nuestro cuerpo se reparta uniformemente, y que así nuestros músculos se relajen mientras dormimos.
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