El dolor en esta zona es más común en mujeres que en hombres y puede deberse a traumatismos o tras el parto. Es un dolor bastante molesto a la hora de sentarse.
Para indicar el diagnóstico y su tratamiento es recomendable pedir al traumatógo una radiografia dinámica, tanto en posición de pie como sentada, para ver qué postura adopta ese hueso.
El tratamiento a seguir suele constar de analgésicos o antiinflamatorios en la fase aguda, hasta que el dolor se hace fácilmente soportable.
Es recomendable usar un flotador para conducir o sentarse.
En algunos casos se intenta la reducción manual, en la que el médico intenta recolocarlo en su posición correcta. Excepcionalmente, cuando la luxación es muy importante, causa gran dolor y limitación y no tiende a la curación, se plantea la cirugía.
Para evitar que el dolor vaya a más, evita permanecer demasiadas horas sentado y, cuando lo hagas, es bueno inclinarse hacia delante cuando se está sentado para descargar parte del peso en las piernas.
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