En la enfermedad de Parkinson, es útil desde los primeros estadios de la enfermedad seguir ejercicios motóricos con la finalidad de favorecer la coordinación, el tropismo muscular y para combatir el dolor muscular y las alteraciones capsulo-ligamentosas articulares.
La realización regular de ejercicios pilates sencillos, asociada naturalmente a una adecuada terapia farmacológica, puede prevenir complicaciones conectadas con la dificultad motora propia de la enfermedad y, a la larga, proporciona un resultado terapéutico mejor en conjunto.
Es de gran utilidad un programa progresivo de ejercicios diarios que ayuden a aliviar las diversas alteraciones del movimiento, haciendo que el paciente con parkinson se sienta seguro.
El ritmo y velocidad de los ejercicios deben ser moderados, así se puede ayudar con músicas que tengan un ritmo adecuado y facilite la realización de los ejercicios.
Los ejercicios respiratorios de las sesiones de Pilates le servirán al paciente a tener mas resistencia y menos agotamiento.
La rutina de entrenamiento de ejercicios Pilates debe siempre comprender :
- Ejercicios que mejoren la fuerza muscular.
- Ejercicios de coordinación y destreza.
- Ejercicios para disminuir la rigidez y eviten las contracturas por desuso de los músculos.
- Ejercicios para mejorar y mantener la movilidad articular.
- Ejercicios de estiramiento para que las estructuras musculares se mantengan lo más flexibles posible.
- Ejercicios posturales para intentar retrasar al máximo la tendencia de la inclinación del tronco y cabeza.
- Técnicas especiales para la marcha, con el fin de superar las alteraciones de la misma.
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