Sin embargo, normalmente realizamos una respiración pulmonar, más superficial, que provoca que nuestra respiración sea deficitaria.
El control adecuado de nuestra respiración es una de las formas más sencillas para hacer frente a las situaciones de estrés y manejar los aumentos que tienen lugar en la activación fisiológica.
Por otra parte, la respiración diafragmática es especialmente útil en la reducción de los efectos causados por la hiperventilación: mareos, vértigos, taquicardia, sensaciones de ahogo, palpitaciones, tensión muscular.
Para respirar correctamente debe tenerse presente que
jamás deben levantarse los hombros ni encerrar el aire en
el pecho.
Al inspirar, se debe dirigir el aire hacia el abdomen y expandir el pecho.
Al exhalar, se debe procurar que la columna de aire parta desde el diafragma, suba por la tráquea mediante la presión del diafragma hasta llegar a la boca.
Al exhalar, se debe procurar que la columna de aire parta desde el diafragma, suba por la tráquea mediante la presión del diafragma hasta llegar a la boca.
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